OPINION.- Los "olvidos" de nuestra historia

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JAS.-A partir de ahora, Marchena ya puede presumir oficialmente de pasado romano, lo que supone una buena noticia no sólo desde el punto de vista de la investigación histórica, sino del fomento turístico. El hecho importante es que algo que siempre formó parte de la leyenda, -y que está incluso en los escudos oficiales: Colonia Martia Romanorum- ahora se ha demostrado científicamente, -lo de romano, no lo de colonia- y ya forma parte de la historia. Ahora cobra sentido que Marchena esté en la ruta Bética Romana, por ejemplo. Ya sabemos que los libros de historia local están equivocados en este capítulo.

Mientras la historiografía local de los ochenta pretendía desterrar por falta de pruebas la leyenda de lo romano, tenía una actitud extraña, sacaba mosaicos de la zona, pero no excavaba oficialmente, al tiempo que lanzaba la idea de que no se podía construir más allá del camino "del loro", que quizá fue del oro, nombre de lejanos ecos arqueológicos, al igual que en Carmona la necrópolis estaba lógicamente en el camino del Quemadero, pues allí incineraban sus cadáveres los antiguos romanos. Ahora sabemos que la historiografía de los ochenta se equivocó al intentar salvar del arado Montemolín, y olvidar rescatar el Lavadero de los especuladores inmobiliarios. En aquella época era posible: aún no se había construído la zona. No solo se construyó el pabellón y sus jardines sobre el yacimiento, también muchas viviendas. Hoy ya es muy poco probable, por no decir imposible. A lo ya construido se suma lo que está por construir.

Esto indica que los errores de planifiación urbanística del pasado y del presente, se han cobrado una ilustre víctima: nada menos que nuestro pasado romano. Ahora lo más que se puede aspirar es a estudiar los restos cuando aparezcan e investigarlos y colocarlos en un futuro museo, pero no a salvarlos en su contexto, comprando los terrenos para excavarlos y estudiarlos como se merecen.

Llama la atención que en los últimos 20 años los poderes públicos, aun conociendo lo que allí había, hayan mirado hacia otro lado. Ni el consistorio ha hecho nada por salvaguardar los restos, -incluso ha autorizado construir encima- ni la oposición le ha dado importancia ni siquiera como para usarlo como arma arrojadiza, en la creencia de que estas cosas no importan a nadie.
No se trata ya de que lo romano sea otra medalla más para colocar sobre el blasón local, se trata de saber hasta que punto le importa la cultura, no ya a los ciudadanos, sino a los poderes públicos, que están -entre otras cosas para salvaguardarla-. El debate de fondo es si los intereses económicos privados justifican la destrucción del patrimonio común, incluso si éste es de cierta importancia para una historia que hasta ahora nadie nos había contado. Y los ciudadanos al menos tenemos el derecho no a concoer lo que desconciamosm sino a opinar sobre el tema.

Ahora se abre un periodo en el que será necesario difundir la importancia de lo hallado, y hacer que nuevos investigadores determinen la importancia de si lo encontrado es el auténtico origen del solar urbano de Marchena, para concienciar sobre la necesidad de conservarlos, o es una villa romana -hay villas romanas como Almedinilla-Córdoba- de gran envergadura. En resumen se trata de saber si nuestra clase política estará a la altura de las cincunstancias.

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