JAS.-Vertidos de aguas residuales a cauces fluviales o pérdidas de agua potable a causa de fugas son los principales problemas en la gestión del agua del municipio.
Pocos días después de que la Junta de Andalucía anunciase un plan para mejorar el abastecimiemto de agua a la red en la provincia de Sevilla, tras los cortes de agua de hace pocas semanas, se pone de relieve nuevamente los problemas en la gestión del modelo hídrico. Además la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir podría sancionar al consistorio por vertidos de aguas residuales.
Los dos vertidos de aguas residuales más urgentes de solucionar son, el detectado el pasado enero en el arroyo del Lavadero, en un cauce en que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir había intervenido poco antes, invirtiendo una importante cantidad económica en la regeneración de sus márgenes.
En dicho arroyo, la rotura de una tubería procedente de una industria, que tal y como mostraba la imagen vertía alpechín al Lavadero, aún no ha sido solucionada, pues siete meses después el desperfecto caausado por el corrimiento de tierras a causa de las lluvias del invierno, aun no ha sido reparado. Por otro lado, los vertidos de las aguas residuales del pueblo al arroyo del Galapagar, que va al Corbones, están afectando negativamente a un río en el que se han invertido importantes fondos europeos.
Por otro lado, el 28% del agua del municipio se pierde en fugas por el mal estado de la red de canalizaciones, según un estudio realizado en 2004 por la empresa Inerco para la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Marchena, dentro del proyecto de medio ambiente urbano Ciudad XXI.
Según este estudio, el 85% de la población considera que hay que aumentar las zonas verdes del municipio, que son actualmente 4,15 metros cuadrados por habitante. El 42% de los habitantes considera que el estado del medio ambiente es malo o muy malo.
Cada marchenero consume 154 litros de agua cada día, según el estudio, un 10%, procedente de los pozos municipales, que se mezclan con la del Plan Ecija, sin tratamiento adecuado. Una de las deficiencias mas graves es que las aguas residuales urbanas no se depuran y vierten directamente al Rio Corbones, en tres puntos, ademas existe un vertedero incontrolado de residuos y seis escombreras ilegales, según el estudio, que advierte de la posibilidades real de contaminación de las aguas por nitratos procedentes de la actividad agraria a través de los pozos y roturas de las tuberías. Además, no hay recogida selectiva de resíduos, y existen pocos contenedores, 369 para 17.000 habitantes.
Asimismo destaca el estudio de Inerco que el 75% de las actividades ganaderas son ilegales, mencionando el riesgo que entraña la presencia en el casco urbano de una extractora de orujo.
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