Es como quedarse huérfana a los 96 años, aunque ella, afortunadamente, no se ha quedado sola y aún tiene quien la quiera. Pastora, la abuela Pastora, como se la conoce en Torrent, es la protagonista de una terrible historia. Ha perdido a su hijo y a su nuera, con los que vivía desde hace años y que la cuidaban en realidad como si fueran sus padres. Ella no sabe que su ojito derecho , su hijo mayor, Andrés, y su esposa, Herminia, fueron dos de los 42 muertos en la tragedia de Valencia. Sólo sabe, y muy vagamente, que se ha mudado a casa de Manuel, su hijo menor, y de su otra nuera, Amparo, que a partir de ahora se harán cargo de la anciana. Pastora ni siquiera ha preguntado nada, ni se ha enterado de que hubo un accidente, eso explica que conserve una mirada alegre y confiada y una cierta coquetería. El lunes, el día más negro en la historia de Torrent, la nonagenaria «sólo decía que había mucha gente y todos estaban muy serios», según relata Manuel. Éste, que está destrozado y al que se le escapan las lágrimas, se extraña de que no lo ha haya hecho, porque «quería muchísimo a Andrés». La abuela incluso confunde a Amparo con Herminia. Triste protagonismo.
Cuando se le pide que conteste al periodista, Pastora se lamenta de que tiene el pelo canoso, y se muestra preocupada por estar guapa. Ni por lo más remoto comprende que el interés de los informadores se debe a la muerte de su hijo y de su nuera. Pastora se trasladó ya hace mucho tiempo a Torrent con sus dos hijos desde la localidad sevillana de Marchena. Al principio convivió con ambos, hasta que sus hijos pudieron acceder a una vivienda. Durante un tiempo se turnaron en los cuidados de la abuela, pero finalmente se quedó a vivir con su hijo mayor. Su tragedia ha conmovido a las autoridades. El alcalde, el socialista Josep Bresó, recibió a Manuel para ofrecerle el apoyo que necesite. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se refirió al caso para hacer lo mismo.
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